Esta pregunta es muy común y es importante saber que en la gran mayoría de las veces, se debe a un tema físico-químico más que a la fabricación de las velas.
El fuego, como el de la llama de la vela, es un proceso de combustión y como todo proceso de combustión, el resultado de éste es la generación de energía, en nuestro caso en forma de luz y calor, junto con la generación de dióxido de carbono. Este proceso se ve influenciado por factores externos y ajenos a la vela, tales como la altitud del lugar en donde vives; la cantidad de oxígeno y las corrientes de aire. Todo esto afecta la forma en que la vela se consume, creando varias veces una flama grande que genera humo y hollín.
Este hollín es el resultado de un proceso de combustión ineficiente, en el que la cera no se quema a un ritmo adecuado junto con el pabilo, y por ende, el pabilo se carboniza y arroja ese hollín que vemos como humo negro.
1. Enciende tu vela en lugares con suficiente espacio y que no estén encerrados.
2. Evita que corrientes de aire fluyan hacia la vela, sabrás que esto pasa si la flama "baila".
3. Si vas a tener encendida una vela por un largo periodo, vigila que el largo de la flama no sea muy grande. Si la flama crece mucho, con cuidado y unas tijeras, recorta un poco el pabilo. No te preocupes si el trozo que recortas cae dentro de la cera fundida, usa la misma punta de las tijeras para apartarlo y retirarlo.
Ahora sí, la flama de tu vela será nuevamente la adecuada y lo sabrás con sólo verla, pues notarás que se encuentra nuevamente en paz, tranquila, estática y serena.
Hacer esto te ayudara a utilizar mejor tus velas y a que el hollín y humo que se podría generar, no ensucie tus muebles.