viernes, 30 de diciembre de 2011

Cirio Pascual

El término "cirio", proviene del latín "cereus", que quiere decir "cera". Esto es porque, antiguamente, el cirio pascual se elaboraba completamente con cera de abeja. Se tenía la creencia de que las abejas tenían una bendición especial de Dios y los cirios elaborados enteramente con cera de abeja representaban la pureza de Dios. Sin embargo, debido a que la cera de abeja ha sido un material costoso, incluso al día de hoy, las leyes de la Iglesia se han adaptado y reciben con bien cirios y velas hechos con distintas mezclas de ceras, aunque siempre es recomendable mezclar con cera de abeja.

El Cirio Pascual es el símbolo más destacado del Tiempo Pascual, es decir, del periodo que comprende los cincuenta días entre el Domingo de Pascua de Resurrección hasta el Domingo de Pentecostés, un periodo de especial alegría y festividad. Éste es el cirio más importante y es el que se enciende en la vigilia Pascual, en la liturgia católica de la noche del Sábado de Pascua, como símbolo de Cristo, quien es la "Luz de Mundo".

Existen historias que atribuyen el origen del cirio pascual a las columnas de cera que Constantino mandaba encender la noche de Pascua y algunos, a la costumbre que había de escribir en un cirio bendito todas las fiestas movibles que dependían de la Pascua. Después, estas fiestas se escribían en una tira de papel o pergamino que se fija en el cirio como se practica todavía en algunas catedrales.

El cirio es renovado cada año durante esta ceremonia. Su tamaño puede variar, aunque ha de ser mayor que el de resto de velas del templo. Esta decorado con una cruz en uno de sus lados, la cual tiene sobre y debajo las letras griegas "Alfa" y "Omega", o sea, la primera y última letras del alfabeto griego, pues Cristo es eternidad, el principio y el fin de la historia humana. También, se colocan sobre el cirio cinco trozos de cera o incienso que representan las cinco llagas santas o clavos gloriosos, a las manos, los pies y el costado de nuestro Señor.

En la Vigilia pascual, toda la oscuridad del entorno aumenta lo sugestivo del Cirio encendido al fuego nuevo recién bendecido. La procesión de entrada de la Vigilia canta tres veces la aclamación al Cristo: "Luz de Cristo. Demos gracias a Dios", mientras progresivamente se van encendiendo los cirios de los presentes y las luces de la iglesia. Luego se coloca el cirio en su candelabro y se proclama en torno a él, después de incensarlo, el solemne Pregón Pascual.


Además del simbolismo de la luz, el Cirio Pascual tiene también el de la ofrenda, como cera que se gesta en honor de Dios, esparciendo su Luz: "acepta, Padre Santo, el sacrificio vespertino de esta llama, que la santa Iglesia te ofrece en la solemne ofrenda de este cirio, obra de las abejas. Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, ardiendo en llama viva para gloria de Dios... Te rogamos que este Cirio, consagrado a tu nombre, para destruir la oscuridad de esta noche".

La sagrada Congregación de Ritos decretó en 19 de mayo de 1607 que se encendiese el cirio pascual los tres días solemnes de Pascua, sábado in albis y todos los otros domingos hasta la Ascensión. La liturgia actual señala que el cirio pascual se enciende durante todas las ceremonias del tiempo de Pascua, es decir, desde la Vigilia Pascual hasta el domingo de Pentecostés, pasados cincuenta días (ocho semanas). Una vez concluido el tiempo Pascual, conviene que el Cirio se conserve dignamente en el bautisterio. 

El Cirio Pascual también se usa durante los bautizos y en las exequias, es decir al principio y el término de la vida temporal, para simbolizar que un cristiano participa de la luz de Cristo a lo largo de todo su camino terreno, como garantía de su definitiva incorporación a Luz de la vida eterna.